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El Señor resucitado instituyó este sacramento cuando la tarde de Pascua se mostró a sus Apóstoles y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo.
A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos»
Estos son los pasos para realizar adecuadamente una buena confesión. 1. Examen de Conciencia.
2. Arrepentimiento.
3. Propósito de no volver a pecar.
4. Decir los pecados al confesor
5. Recibir la absolución y cumplir la penitencia
La fraternidad se refiere a la solidaridad, el amor y el respeto mutuo entre las personas, independientemente de sus diferencias.
Es considerada una virtud que puede llevar a una sociedad más armoniosa y justa.
En muchas tradiciones religiosas, se enfatiza la importancia de amar a tu prójimo como a ti mismo, lo que refleja la idea de fraternidad del cristianismo.
Este don de Dios debe ser valorado y cultivado a ejemplo de las primeras comunidades cristianas.
La fraternidad se basaba en el amor y la preocupación por los demás, y esta comunidad estrecha fue un rasgo distintivo de la iglesia primitiva.
La evangelización y el testimonio de la caridad exigen el crecimiento de una comunidad cristiana que manifieste, con la vida y las obras, el Evangelio de la caridad y la fraternidad.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Dios mío, ven en mi auxilio. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Se enuncia en cada decena el "misterio", por ejemplo, en el primer misterio: "La Encarnación del Hijo de Dios". Después de una breve pausa de reflexión, se rezan: un Padre nuestro, diez Avemarías y un Gloria. A cada decena del "rosario" se puede añadir una invocación. Al final del Rosario se recita la Letanía Lauretana, u otras oraciones marianas.
Anunciar el primer misterio. Rezar el Padrenuestro. Luego, Rezar 10 Avemarías, Gloria y Jaculatoria.
Anunciar el segundo misterio. Rezar el Padrenuestro. Luego, Rezar 10 Avemarías, Gloria y Jaculatoria.
Anunciar el tercer misterio. Rezar el Padrenuestro. Luego, Rezar 10 Avemarías, Gloria y Jaculatoria.
Anunciar el cuarto misterio. Rezar el Padrenuestro. Después, Rezar 10 Avemarías, Gloria y Jaculatoria.
Anunciar el quinto misterio. Rezar el Padrenuestro. Luego Rezar 10 Avemarías, Gloria y Jaculatoria. Finalmente, Rezar la Salve.
La oración es tan importante para los cristianos como la comunicación es a cualquier relación; esto nos ayuda a desarrollar una relación con Dios.
La oración es una conversación de doble dirección, Él oye nuestras oraciones y podemos aprender a escuchar a lo que Él quiere decir en respuesta.
Es la actividad más importante, pues involucra a toda la Trinidad: Va dirigida al Padre (Mt 6) a través del Hijo (Ef 2,18) en el Espíritu Santo (Rom 8,26).
La oración permite tener acceso a Dios por Jesús, su Hijo amado.
Para hacer lo mismo que hizo Jesús (Mc 1,35) pues fue siempre un hombre de oración. Él oraba con y por la gente.
Todo Congreso Eucarístico tiene una dimensión misionera-evangelizadora porque “una Iglesia auténticamente eucarística es una Iglesia misionera. De hecho, la Eucaristía es la fuente de la misión.
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Los últimos Congresos Eucarísticos Internacionales han reafirmado que el estilo de misión que nace de la Eucaristía se caracteriza por el diálogo con pueblos, culturas, religiones, pobres, jóvenes y alejados.
Es una manifestación en concreto que se tiene con el Señor Sacramentado en muchas parroquias, los jueves y en otros sitios también el sábado. La tradición empieza en el siglo XIII-XIV.
Himno famoso, que viene desde el medioevo, es una de las oraciones eucarísticas más amadas por el Clero y por el pueblo, la que más se conoce en el mundo cristiano; se utiliza con mucha frecuencia para adorar al Santísimo Sacramento.
La adoración eucarística es un momento de intimidad, de confianza y de amistad con Dios. En esos ratos de oración ante el Santísimo recordamos que su presencia es fruto del amor que nos tiene.
La genuflexión es un acto de humildad que expresa nuestra fe en una autoridad superior a nosotros mismos. Este gesto manifiesta respeto y adhesión a nuestro Señor Jesucristo.
Refleja piedad y cariño al Señor. Las primeras procesiones empezaron dentro de los mismos templos y se acompañaban con cantos apropiados.
“Es la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo”. Una fiesta que los católicos empezamos a celebrar ya en el segundo milenio,