En la Santísima Eucaristía se contiene todo el bien espiritual de la Iglesia, es decir, Cristo mismo, nuestra Pascua y Pan vivo, que por su Carne vivificada y que vivifica por el Espíritu Santo, da vida a los hombres.

El Adorote Devote es talvez el himno Eucarístico más famoso. Viene desde el medioevo, es una de las oraciones  más amadas por el Clero y por el pueblo, una de las que más se conoce en el mundo cristiano; se utiliza con mucha frecuencia para adorar al Santísimo Sacramento y se lo canta o se lo reza cuando hay una Exposición Solemne o una simple.

Este himno nos enseña a buscar verdaderamente el rostro de Cristo en la Eucaristía, sin dejar que nos engañen los sentidos porque vemos simplemente pan.

Dios decide comunicar su vida al hombre  a través de Jesucristo ¿Has considerado preparar mejor esas comuniones para hacerle posada? En la comunión logramos esa unión prodigiosa. Cristo nos transforma en Cristo.

¡Según sea nuestro amor en la comunión, así será nuestra comunicación de afectos pensamientos con Él!

“¿Puedes siquiera imaginarte que Yo alguna vez haya faltado a una cita de amor? ¡Cuánto querría tenerlas con cada alma! Pero, ¿quién pensará eso?  Este día tengo muchas  de esas citas, pero nadie ha respondido. ¡Cuántos tesoros tenía Yo preparados para quienes no han venido ¡ Acaso vendrán más tarde, y entonces les daré todos. Mi Riqueza y Mi Poder están al servicio de Mi Misericordia. Un regreso vuestro, un pequeño regreso, y Mis Brazos de Salvador se abren ampliamente. Mi Corazón no puede olvidar que os dio toda su sangre.”   Él y Yo de Gabriela Bossis – El Sentir del Corazón Nº 44 Sagrarios, 1389/